Garbiñe Muguruza ha dado un paso más hacia su "sueño": jugar en
la pista central de Wimbledon. La vasco-venezolana se ha impuesto
sorprendentemente en dos sets a la ex número uno mundial Caroline Wozniacki (6-4,
6-4) y se ha asegurado el billete a cuartos de final, con un cuadro más que
favorable por delante. Su próxima cita será la suiza Timea Bacsinszky,
que derrotó en tres sets a la rumanaMonica Niculescu (6-1, 5-7, 6-2).
Muguruza
ha vuelto a dar una lección de "resiliencia" en Wimbledon, capaz de
salvar "break points" con una madurez asombrosa. La española atacó
sin piedad al servicio y con su derechazo sobre la línea de fondo, subió con
gran determinación (23 puntos de 28 subidas a la red), colocó reveses a dos
manos o incluso colgó "lobs" prodigiosos como el del penúltimo juego,
cuando le rompió el servicio en blanco a la danesa y encarriló definitivamente
el partido con un 5-4 a su favor.
Los 30 toques de la
penúltima bola del partido, cuando Muguruza apuró y apuró hasta forzar el error
final de Wozniacki, lo dijeron todo. La española decidió la contienda de
ensueño con un rotundo "ace" tras una hora y 33 minutos de un
encuentro que se hizo corto.
Como en su partidazo
ante Kerber, contra
la que fue capaz de salvar hasta nueve "set points" seguidos,
Muguruza fue capaz de doblegar física y mentalmente a la danesa, que estrelló
su desesperación contra la red en los lances finales, cuando todo hacía
presagiar que iríamos a un tercer set.
El
juego clave estuvo en cualquier caso en el primer set, con 3-3 en el marcador y
Wozniacki al servicio, hasta entonces casi impecable con su sentido de la
anticipación. Garbiñe arriesgó más al resto y su estrategia dio sus frutos.
Tras romper el saque a la danesa, la de Guatire dio un nuevo recital de
agresividad y resistencia con 5-4 a su favor, salvando dos bolas de
"break" que pudieron haber cambiado el curso del partido, pero que la
española supo encauzar con ese temple que exhibe en los momentos clave.
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